Cada vez son más los padres que se plantean el dejar
de llevar a sus hijos a la escuela. Cada vez son más los niños que rechazan los
sistemas educativos tradicionales o que ostentan dificultades para el
aprendizaje, con lo que terminan en los consultorios médicos, donde se les
propinan medicamentos con el único objetivo de sedarlos, bajar el nivel de sus
energías en descontrol para que puedan integrarse al resto.